19Trastes: La guitarra y otros instrumentos de cuerda
     
 
 
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Término ambiguo que a veces se confunde con la expresión música clásica en contraposición a la música popular o ligera. Por clasicismo y en particular el clasicismo Vienés, se entiende el estilo musical que floreció a finales del siglo XVII y principios del XIX encarnado en la música de Haydn, Mozart y Beethoven, caracterizado por la perfección de la forma, su profundo perfil humanista y el ideal de belleza, muy marcado en la música de Mozart.

Aunque el período clásico en la música occidental se refiere principalmente al clasicismo vienés ya mencionado, se considera antecedente el denominado clasicismo versallesco protagonizado por Lully y Rameau, sin que exista entre los dos puntos de encuentro en el aspecto estético. Podría decirse que el primero pertenece a la Nueva Era (Revolución francesa) mientras que el último pertenece al Antiguo Régimen.

El estilo clásico se caracteriza por el uso temático de los matices y del colorido orquestal, el uso del ritmo incluida la estructura periódica y el ritmo armónico como elemento decisivo en la definición de las grandes estructuras formales desarrolladas durante este periodo.

Asimismo el empleo de la modulación con el objeto de permitir la alternancia entre largos pasajes de tensión y relajación. También es propio del estilo vienés y de Haydn en particular el uso del contraste entre acentos serios y cómicos en las obras musicales.

La transición del Barroco al Clasicismo se produce de forma gradual a través del estilo galante francés, el nuevo tono italiano en la ópera bufa, el rococó musical, y el estilo sentimental y el denominado "Sturm und Drang" (tempestad y pasión) musical.

El nuevo espíritu de esta época conforma la música, por lo que se suprimen el bajo continuo propio del periodo barroco, la armonía compleja de dicho periodo y la armonía contrapuntística. El epicentro de la música es ahora la melodía y las armonías tienden a ser un medio de expresión sencilla y natural, evitando los contrastes.

Las estructuras formales que se desarrollan son la sonata clásica, la ópera seria, bufa, la gran ópera y la cómica. La música sacra destaca en lo que respecta a la iglesia católica con formas como el motete, las misas, oratorios, la sonata de iglesia.

Por contra, las obras sacras de la iglesia evangélica tienen escasa relevancia. Otras formas son el lied (canción en alemán) que alcanza un alto grado de desarrollo y perfección. Asimismo se desarrolla la sinfonía, ya presente en Italia en el Barroco tardío.

La música de cámara, que con anterioridad solía ser interpretada por aficionados en salones y espacio reducidos con ambientes más o menos íntimos, empieza a adquirir complejidad y pasa a ser interpretada por músicos profesionales y en salas de concierto.

Las disposiciones características son dúos para 2 flautas, tríos y cuartetos con flauta, quinteto con clarinete, cuarteto y quinteto de viento, etc. Durante esta época hubo una gran producción de obras de cámara, entre las que se incluyen formaciones en las que aparece la guitarra y que en general pertenecen a compositores no muy conocidos en la actualidad pero que alcanzaron bastante fama en su época.

La guitarra:

En España la guitarra recobró su auge en la segunda mitad del siglo XVIII. Durante el reinado de Carlos IV el estilo afrancesado de los primeros años del siglo fue reemplazado por uno más popular y más acorde con las tendencias políticas imperantes de rechazo a lo extranjero.

De hecho la guitarra se convirtió en el instrumento de moda de la Corte, la nobleza y la burguesía. Esta "popularización" de la música hizo que comenzara a existir un numeroso grupo de aficionados al instrumento.

En esos años, en concreto 1764, aparece la obra de Andrés de Sotos de largo título "Arte para aprender con facilidad y sin maestro a templar y tañer rasgado la guitarra de cinco órdenes o cuerdas y también la de cuatro y seis órdenes, llamadas guitarra española, bandurria y vandola, y también el tiple".

El fin de siglo fue prolífico en la producción de tratados sobre la guitarra como los de Federico Moretti, Juan Manuel García Rubio, António de Abreu y Víctor Prieto.

Respecto a la estructura de la guitarra existen datos, aunque no demasiado contrastados, de que el Padre Feijoó experimentó en el diseño de una nueva guitarra de mayor tamaño que la tradicional a la que añadió una sexta cuerda.

También de esta época queda constancia de la guitarra de siete cuerdas que utilizaba el "Padre Basilio". Incluso, en el tratado de Andrés de Sotos se da una descripción precisa de la denominada guitarra "moderna" de seis órdenes dobles con la particularidad de que el sexto orden debía tener una cuerda de las dos afinada una octava más baja que la otra.

Parece lógico pensar que hasta finales del XVIII y principios del XIX coexistieron guitarras de cinco órdenes o más, hasta que se implantó definitivamente la guitarra de seis cuerdas, con la aparición de la nueva generación de guitarristas como Sor y Aguado.

A efectos de la guitarra el clasicismo está vinculado con la generación de guitarristas surgidas a principios de XIX que incorporaron características del romanticismo temprano a sus obras, por lo que suele hablarse comúnmente de período clásico-romántico en la historia de la música para guitarra.


Compositores del Clasicismo [de 1751 a 1825]